
Nos habían dicho que lo nuestro no era fisiológico, que el sexo en nosotras era algo así como un sacrificio sentimental, que podíamos contenerlo, que la decisión era fácil, que era algo accesorio, prescindible.
Nos habían mentido.
Hay un hormigueo constante, un ofrecimiento tácito, las ganas permanentes.
Pasan las horas, los días y los vuelos están siempre allí.
Los labios listos, el lenguaje en búsqueda, lo obsesivo.
Nos hablaron de luces apagadas, tinieblas, timideces.
Nos habían mentido.
Hay un hormigueo constante, un ofrecimiento tácito, las ganas permanentes.
Pasan las horas, los días y los vuelos están siempre allí.
Los labios listos, el lenguaje en búsqueda, lo obsesivo.
Nos hablaron de luces apagadas, tinieblas, timideces.
Todo era falso.
Vamos con los ojos ahora, con las manos, decididas.
Queremos siempre, queremos todo, sin límite, hasta la extenuación.
Vamos con los ojos ahora, con las manos, decididas.
Queremos siempre, queremos todo, sin límite, hasta la extenuación.
4 comentarios:
Emma Rouault mucho sabía de esos moluscos alebrestados
Nos habían mentido .. como siempre... para que fuésemos pasiva y no nos comiéramos el mundo a detelladas, vorazmente, ávidamente...como lo hacemos ahora
Solo hay una cosa cierta en lo que se decía antes: por pura morfología, vosotras podeis controlar el proceso; porque os gusta ser penetradas, pero sabeis dominaros si queréis, sabéis regiros incluso en ese lance (planicie de placer con leve pico momentáneo). Lo nuestro es peor: ansiedad por llegar al pico, al derrumbe, a la explosión, a la pequeña muerte: somos víctimas, y hemos construído esta sociedad para poder acotar vuestro poder.
Supongo que siempre llego tarde, pero es maravilloso encontrar un intercambio de ¿ideas? ¿clítoris? ¿genitales? VIDA, como este aquelarre...
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