Hoy, 16 de Julio, me partí en tres. Gracias a eso sobrevivo.
A un año de las tres que soy esta es la relación de los hechos.
1. Mi madre me regaló una balanza. Le di las gracias. Ordené a todos que se pusieran en fila delante de la báscula so pena de no beber ni comer en mi fiesta. Tomé una fotografía de sus caras espantadas mientras escuchaban el veredicto de la pesa. Tomé fotografías mientras comían. Tomé fotografías de sus ojos aguardentosos. Abrí un blog que llamé Galería del Faux Pas. Colgué sus fotos, sus pesos y algunas vergüenzas. Éxito rotundo. El blog es hoy uno de los más populares de la red. Tiene más de 5.000 comentarios por entrada. Reconocidos escritores hacen referencia a él: Fedosy Santaella lo citó como ejemplo del Bestiario del nuevo siglo. También blogueros internacionales: Pérez Hilton lo usa para sus posts de parecidos razonables. Gurúes de la frivolidad epistemológica y de la etiqueta vertebrante como Boris Izaguirre lo enlazan para ilustrar sus ideas. Sitcoms del mundo lo parodian. MTV, The New Yorker, París Match y El País han intentado en balde entrevistarme. Creo que más por miedo a mi ira que a otra cosa. He logrado mantener mi anonimato.
2. Mi suegra, la Inefable Esclava Ilustrada, me regaló, ya lo contaron Malintzin y Marina, dos cortes de tela para disfrazarme de ella. (Eso me convertiría en la segunda inefable esclava ilustrada de la familia por vía mimética). Quiso quedarse con las telas para coserme ella mismael hábito. Sí, qué coño, el hábito. Le arrebaté la caja. Corté las telas en cuadros. Le pedí a la conserje que le cosiera bordillos a cada retazo. En la fiesta de este año mi suegra se encontró con su regalo convertido en servilletas y trapos de cocina. Le dí dos. Me dijo gracias. Gracias, no, querida. Me lavas los vasos y me los secas, contesté. No sé que vio en mi cara pero me obedeció ipso facto.
3. Jacques llegó en su moto. Lo vi desde mi balcón del décimo piso. Desde allí lo saludé y ¡ay caramba! el casco se me cayó. Rebotó en el parabrisas de la Yamaha y del parabrisas voló a la cabeza del susodicho. Tres horas después, diez puntos de sutura y dos potentes pain killers mediante, volvió a casa a brindar por mi natalicio.
4. Lalo miraba aves con los binoculares que le traje. Le platiqué al vecino del edificio de enfrente que mi marido, ornitólogo de prestigio mundial, se me estaba quedando ciego de tanto escudriñar sus mascotas. Si no le importa, le diré que se acerque a su casa para estudiarlas de cerca. Y si no es mucho pedir, no las tape de noche. El hombre me contestó que no tenía aves. ¿Qué será entonces lo que mi marido busca en su ventana? Al día siguiente, Lalo llegó con los dos ojos como los de un oso panda. Los binoculares desaparecieron. El vecino y yo comenzamos a ventanear. Este año lo invité a mi fiesta. Me da pellizcos traviesos en el trasero. Lalo se muerde la lengua. Yo los beso a los dos.
5. Este año nada de restaurantes, nada de mariachis. Convidé, eso sí, a la gente del consulado de México. Después de muchos tequilas invité a mi familia política a que les contaran los chistes racistas que me contaron el año pasado, los animé a que imitaran mi habla, a que me llamaran pigmea. Estaban muy tímidos así que tuve que poner el video para que disfrutaran del humor de mi Lalo y de mi suegro, el Inefable Dictador Ilustrado. Después de dos minutos escuché sonar unos bips. No sé cómo llegaron. Mis adorables burlistas estuvieron escoltados toda la noche por dos guaruras que los doblaban en peso y longitud. No los dejaron solos ni para ir al baño.
6. Encontré dónde colgar la soga. Es un adorno padre. Le digo a la gente que pregunta que la idea la tomé de un diseñador español, David Delfín. Desde que tengo horcas colgando en el techo a modo de móviles, todos en casa van derechitos. Fuera de ella también.
A un año de las tres que soy esta es la relación de los hechos.
1. Mi madre me regaló una balanza. Le di las gracias. Ordené a todos que se pusieran en fila delante de la báscula so pena de no beber ni comer en mi fiesta. Tomé una fotografía de sus caras espantadas mientras escuchaban el veredicto de la pesa. Tomé fotografías mientras comían. Tomé fotografías de sus ojos aguardentosos. Abrí un blog que llamé Galería del Faux Pas. Colgué sus fotos, sus pesos y algunas vergüenzas. Éxito rotundo. El blog es hoy uno de los más populares de la red. Tiene más de 5.000 comentarios por entrada. Reconocidos escritores hacen referencia a él: Fedosy Santaella lo citó como ejemplo del Bestiario del nuevo siglo. También blogueros internacionales: Pérez Hilton lo usa para sus posts de parecidos razonables. Gurúes de la frivolidad epistemológica y de la etiqueta vertebrante como Boris Izaguirre lo enlazan para ilustrar sus ideas. Sitcoms del mundo lo parodian. MTV, The New Yorker, París Match y El País han intentado en balde entrevistarme. Creo que más por miedo a mi ira que a otra cosa. He logrado mantener mi anonimato.
2. Mi suegra, la Inefable Esclava Ilustrada, me regaló, ya lo contaron Malintzin y Marina, dos cortes de tela para disfrazarme de ella. (Eso me convertiría en la segunda inefable esclava ilustrada de la familia por vía mimética). Quiso quedarse con las telas para coserme ella misma
3. Jacques llegó en su moto. Lo vi desde mi balcón del décimo piso. Desde allí lo saludé y ¡ay caramba! el casco se me cayó. Rebotó en el parabrisas de la Yamaha y del parabrisas voló a la cabeza del susodicho. Tres horas después, diez puntos de sutura y dos potentes pain killers mediante, volvió a casa a brindar por mi natalicio.
4. Lalo miraba aves con los binoculares que le traje. Le platiqué al vecino del edificio de enfrente que mi marido, ornitólogo de prestigio mundial, se me estaba quedando ciego de tanto escudriñar sus mascotas. Si no le importa, le diré que se acerque a su casa para estudiarlas de cerca. Y si no es mucho pedir, no las tape de noche. El hombre me contestó que no tenía aves. ¿Qué será entonces lo que mi marido busca en su ventana? Al día siguiente, Lalo llegó con los dos ojos como los de un oso panda. Los binoculares desaparecieron. El vecino y yo comenzamos a ventanear. Este año lo invité a mi fiesta. Me da pellizcos traviesos en el trasero. Lalo se muerde la lengua. Yo los beso a los dos.
5. Este año nada de restaurantes, nada de mariachis. Convidé, eso sí, a la gente del consulado de México. Después de muchos tequilas invité a mi familia política a que les contaran los chistes racistas que me contaron el año pasado, los animé a que imitaran mi habla, a que me llamaran pigmea. Estaban muy tímidos así que tuve que poner el video para que disfrutaran del humor de mi Lalo y de mi suegro, el Inefable Dictador Ilustrado. Después de dos minutos escuché sonar unos bips. No sé cómo llegaron. Mis adorables burlistas estuvieron escoltados toda la noche por dos guaruras que los doblaban en peso y longitud. No los dejaron solos ni para ir al baño.
6. Encontré dónde colgar la soga. Es un adorno padre. Le digo a la gente que pregunta que la idea la tomé de un diseñador español, David Delfín. Desde que tengo horcas colgando en el techo a modo de móviles, todos en casa van derechitos. Fuera de ella también.
No olviden: Cuando habla Malintzin, habla Marina y habla Malinche.
14 comentarios:
Jajajaja...
Felicidades Brujita del Sur, vuelvo a felicitarte, por tu cumple y por el post. Tu familia me recuerda a la Familia Adams :-) Pero si te sirve de consuelo, la mía no es mejor :-)
Bezzitos!
Qué delicia de post mi querida bruja. Haz hecho que la maldad de mi alter ego baile alrededor de la hoguera. Orgullosa de pertencer a tu mismo aquelarre.
Agatha Broomstick
jajajajajaja. Felicidades. Estoy resacoso por la fiesta de cumple de mi amigo. Los ojos como oso panda me están afectando muchísimo. Por la risa y la resaca mezcladas, digo...
Uyyyy me aporreaste al cuñado-moto y ahora?
malintzin, marina y malinche, las tres que eres están en mí pidiendo que os hable de una en una, marina auqelarre, te quiero individual y múltiple, y te he de encontrar
felicidades
MBdelN: Gracias! Qué detalle! Las invitamos a comer juntas a ver qué ocurre?
AB: Esta noche celebramos.
M: ¿También espías las jaulas al vecino? Tú fama de sexy es una certeza ahora.
SC: No te conviene el cuñado moto. Es precoz.
ST: ¿Te gusta mi parte Marina? Si buscas, encuentras.
pues me vengo volando a saludar a la del cumple!!!!
ya te dije en mi Aquelarre que deseo que tengas una buena vida ademas de un lindo día de cumpleaños, ni te pregunto cuantos años son...faltaba mas! eso no se le pregunta a una bruja,eso si, quiero torta!!!! y si hay algo para "bajar" la torta....también!!!!! jajaja
besos!!! y felicidades!!!!!!
Pues si, ha merecido la pena, he tardado en pasar pero... ha merecido la pena.
Con tu permiso sigo leyendo, sé que tal vez, debiera comentar algo más del texto, pero... me ha gustado y ahora no puedo dejar de leer para ponerme a comentar ¡lo siento!
Un beso
Muy bueno Malinche.. hacía tiempo que no me reía con un post como hoy .. me encanta tu humor.. saludos
Sí Fedosy menciona ese blog tiene que ser la hostia!!!!
jajajajajajajaja!
Qué vaina taaaan buena, por favor. Me van a matar de la risa (además de matarme de la curiosidad por saber quienes son las brujas de este blog) Un pistica??? porfaaaaaaa
Hace tiempo de verdad que no leia algo tan humorístico/drameatico, humor negro del que me gusta. Las felicito.
Aunque me perdí la mitad me reí un montón.
Los que vamos deprisa, también podemos ser brujos.
Gracias por el voto.
Nos leemos!
jajaja...lo que daría yo por una revancha así...pero a la moto le pasaría menos que al que la lleva...eso te lo apuesto...
besos.
Saludos querida
Me llevo tu imagen, espero no ser imprudente.
Muy interesante espacio, mis felicitaciones a ti...
(Ya me daré tiempo de revisar más)
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